Lo principal de esta aromática hierba es la esencia, cuya cantidad y calidad varía dependiendo de su procedencia. Por regla general se encuentra en mayor cantidad en las sumidades floridas, aunque siempre hay excepciones. Esta esencia es rica en metilcavicol linalol, cineol y eugenol; además de estos compuestos, también encontramos saponinas en su composición. Esta esencia confiere a la planta propiedades aperitivas, digestivas, espasmolíticas, carminativas, ligeramente sedantes y, en uso externo, analgésicas, vulnerarias y antisépticas. Por todo ello, está especialmente indicada en desnutrición, digestiones lentas y pesadas, espasmos del aparato digestivo, jaquecas y tos convulsiva. Externamente se puede utilizar con buenos resultados en heridas, eczemas y mialgias (dolores musculares). Pero recordemos que las esencias pueden producir cuando menos irritación de las mucosas y, en el caso particular de esta esencia, usada en dosis más altas de lo habitual, puede producir efectos narcóticos.
En muchos sitios de veraneo existe la tradición de comprar una macetita de albahaca para combatir las plagas de insectos y mosquitos que normalmente turban el merecido descanso estival. En realidad no está comprobado que ahuyente a los alborotadores bichos; pero sin duda alguna la albahaca daña mucho menos la capa de ozono que cualquier insecticida de los que se usan hoy día.
Infusión. 5 gr. de hojas frescas se añaden a una taza de agua hirviendo; se añaden unas gotas de limón y un poco de azúcar. Se puede tomar una taza después de las 3 principales comidas.
Esencia. Tomar de 2 a 3 gotas, 3 veces al día, al final de las comidas. No sobrepasar esta dosis.
Polvo . El mejor empleo que se puede dar a esta planta es como condimento alimentario, en guisos, sopas, etc., a los que da un gusto y aroma exquisitos, como muchos saben.