En los frutos existen abundantes grasas insaturadas. Estas grasas se obtienen por prensación del fruto, rindiendo hasta un 23% de aceite de azafrán. En cuanto a las flores, lo más característico de ellas son las materias colorantes: una roja (llamada rojo de alazor) y otra amarilla; esta última ha sido ampliamente utilizada como falsificación del azafrán. Además, las flores también contienen flavonoides y un principio amargo llamado arctiosido, que se encuentra en toda la planta.El aceite de azafrán se ha empleado mucho como laxante o purgante, en función de las dosis; pero este aceite reúne una serie de características que le hacen merecedor de una acción hipocolesterolemiante. En efecto, por su gran predominio en ácidos grasos no saturados, se emplea para rebajar el exceso de colesterol en sangre. En general, el uso de grasas insaturadas está muy recomendado para todo el mundo, independientemente de que se sufra o no algún tipo de hipercolesterolemia, es decir, que se mantengan anormalmente elevados los niveles de colesterol en sangre. Estas grasas se encuentran principalmente en pescados azules, aceites vegetales, etc.Acciones, menos conocidas, se deben a unos compuestos presentes en las flores; estos ejercen una acción antifúngica y antinematodos. La principal virtud del azafrán estriba en ser un buen laxante y para rebajar el colesterol ; pero, ha de emplearse esporádicamente y bajo supervisión médica.Antiguamente se extraían los dos colorantes que antes mencionábamos: con el amarillo se teñía la lana; pero el color variaba con la luz solar, por lo que se prescindió de su uso.
Infusión. A partir de las flores; se añade una cucharada pequeña de flores a una taza de agua hirviendo. Se pueden tomar hasta 3 tazas al día.
Emulsión . Con los frutos, machacados y tras dejarlos reposar, se obtiene una emulsión laxante o purgante, en función de la cantidad que se tome.
Aceite. El aceite se usa en la alimentación normal, después de recibir un tratamiento adecuado.
Azafrán
(Carthamus tinctorius)