El clavel es una planta de conocido uso ornamental. Como especie aromática, se deduce que en su composición debe hallarse una esencia muy olorosa, y en efecto se la puede encontrar, aunque en cantidades pequeñas, distintas para las diferentes variedades de claveles que existen. En las partes herbáceas de la planta también es posible hallar saponinas y algunos principios activos de menor importancia.En cuanto a sus usos medicinales, poco hay que decir. En realidad, no es una planta que se caracterice por poseer intensas propiedades medicinales, pues más bien su principal empleo se enmarca dentro del campo de la perfumería.
Si se incluye aquí es porque antaño se usaba un agua de clavel como colirio para el lavado de ojos cansados o dañados. Este uso es un claro ejemplo de la teoría del signo: en efecto, antiguamente a la flor del clavel se la comparaba con los ojos, ya que en el centro de la misma aparecen ciertas pintas que se parecen a la niña de los ojos; de ahí se propuso el extraer el espíritu del clavel, para calmar ojos cansados o dañados, y se empezó a preparar el agua destilada de claveles de jardín. Hoy en día sería una locura utilizar esta preparación. El arsenal de colirios que existen en nuestras farmacias cubre todo el espectro de posibles enfermedades oculares, y el proceso tecnológico de fabricación cumple las más estrictas exigencias en cuanto a control de calidad, pues hay que tener sumo cuidado con los medicamentos oculares por el peligro que entraña una posible contaminación del producto.
Clavel
(Dianthus caryophyllus)