El principio activo más conocido del tabaco es la nicotina, un alcaloide líquido, incoloro, que se oscurece al contacto con el aire. Las hojas lo contienen en cantidades muy variables, dependiendo de la variedad de que se trate. Junto con la nicotina, en la planta se encuentran otras muchas sustancias (además de las que se generan en la combustión del cigarro) que son las causantes de la mayor parte de los males que acarrea el tabaco. En cuanto a las virtudes de esta controvertida hierba, se puede decir que la nicotina es un estimulante del sistema nervioso, a bajas dosis. Usado con la debida precaución, se podrían obtener algunos beneficios que, sin lugar a dudas, se pierden cuando se adquiere el hábito de fumar. El problema real del tabaco es que genera una adicción muy difícil de vencer y poco a poco va destruyendo no solo el árbol bronquial, sino muchas otras estructuras y órganos internos; pero lo hace tan lentamente que apenas nos damos cuenta, hasta que el organismo lanza un serio aviso. Además, al problema de la adicción se unen determinadas connotaciones sociales que lo convierten en la droga de inicio para todos los jóvenes.Últimamente se le están descubriendo algunas utilidades, siempre que se emplee con moderación y buscando vías de administración distintas a la respiratoria. Así, se administra nicotina en forma de parches en determinadas enfermedades inflamatorias intestinales, lo que parece que está dando buenos resultados. Esto no quiere decir que fumar sea bueno, pero no cabe duda de que dentro de la hoja de tabaco existen sustancias que merecen ser estudiadas más a fondo. Como es obvio, la mejor forma de administrar el tabaco es en forma de parches de nicotina "para dejar de fumar".
Tabaco
(Nicotiana tabacum)